¿Qué deudas se pueden incluir en un plan de manejo de deudas?
Los planes de manejo de deudas (DMP, por sus siglas en inglés) están diseñados principalmente para manejar deudas no aseguradas, es decir, aquellas que no están respaldadas por un bien como una casa o un automóvil. Esto suele incluir tarjetas de crédito, facturas médicas, algunos préstamos personales y cuentas en cobros. En cambio, deudas aseguradas, préstamos estudiantiles y obligaciones gubernamentales generalmente requieren otras soluciones de pago.
Durante más de 30 años, los consejeros certificados de Consolidated Credit han ayudado a las personas a comprender estas diferencias. Muchos clientes se sorprenden al descubrir que algunas deudas que pensaban incluir no califican, mientras que otras que no consideraban elegibles sí pueden añadirse al plan.
Esta guía explica qué deudas suelen aceptarse en un DMP, cuáles no, y cómo la participación de los acreedores influye en el éxito general del programa.
Deudas que suelen incluirse en un plan de manejo de deudas
Tarjetas de crédito: el enfoque principal
Las tarjetas de crédito representan la mayor parte de las deudas incluidas en un DMP. Grandes emisores como American Express, Citi y Discover mantienen acuerdos con agencias de consejería de crédito sin fines de lucro. Consolidated Credit trabaja con más de 1,600 acreedores, lo que brinda a los clientes acceso a concesiones ya establecidas que facilitan el pago.
A través de un DMP, los acreedores pueden aceptar reducir las tasas de interés —bajando las APR de dos dígitos altos a un solo dígito— y eliminar cargos como pagos atrasados o por exceder el límite. Esto reduce la cuota mensual y permite que más de cada pago se destine al saldo principal.
Las tarjetas de tiendas y minoristas suelen tener tasas mucho más altas, en algunos casos superiores al 30% según la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB, por sus siglas en inglés). Para muchos consumidores, el ahorro en intereses dentro de un DMP resulta especialmente significativo.
Las tarjetas de gasolina también suelen entrar en esta categoría y pueden incluirse en un plan.
Las tarjetas de crédito comerciales pueden calificar si existe responsabilidad personal, es decir, cuando la tarjeta está a nombre del titular. Sin embargo, las tarjetas usadas únicamente para operaciones de negocio por lo general no entran en un DMP personal.
En general, las tarjetas de crédito se ajustan bien a los DMP porque son deudas no aseguradas, y los acreedores suelen preferir un pago estructurado antes que enfrentar la falta de pago o una bancarrota.
Préstamos personales no asegurados: opciones flexibles
Los préstamos personales no asegurados suelen integrarse en un DMP, aunque los beneficios dependen de las condiciones del préstamo y de la disposición del prestamista a cooperar.
Los préstamos bancarios pueden incluirse, especialmente cuando la tasa de interés es alta o el cliente tiene atrasos. Los bancos suelen preferir un plan de pagos estructurado antes que un incumplimiento.
Los préstamos de cooperativas de crédito también son comunes en los DMP. Como estas instituciones se enfocan en sus socios, suelen ofrecer mejores reducciones de tasa y condiciones más flexibles, sobre todo si el cliente mantiene otras cuentas allí.
Los préstamos en línea o Fintech varían bastante. Algunos prestamistas participan en los DMP, otros no. Aun así, cuando las tasas son elevadas, vale la pena intentar incluirlos.
Los préstamos entre particulares (peer-to-peer, en inglés) pueden añadirse, aunque a veces requieren documentación adicional sobre la situación financiera del cliente. En estos casos, la negociación puede realizarse con los administradores de la plataforma o con inversionistas individuales.
En definitiva, los préstamos personales no asegurados funcionan bien en un DMP cuando los acreedores aceptan participar, aunque los resultados dependen de cada prestamista.
Facturas médicas: una categoría cooperativa
La deuda médica suele ser de las más fáciles de integrar en un plan de manejo de deudas. Como estos gastos son inesperados y no tienen garantía, muchos proveedores de salud están dispuestos a aceptar pagos estructurados.
Los Hospitales y salas de emergencia suelen trabajar con los DMP, ya que prefieren recibir pagos regulares antes que depender de agencias de cobros.
Los médicos y especialistas también cooperan, especialmente cuando el paciente demuestra compromiso a través de una agencia de consejería de crédito.
Los dentistas y optometristas suelen aceptar este tipo de arreglos, sobre todo en procedimientos costosos o tratamientos prolongados.
Los equipos médicos y recetas también pueden incluirse, siempre que se trate de deudas puntuales y no de gastos mensuales recurrentes.
En general, las facturas médicas se adaptan muy bien a los DMP porque los proveedores reconocen el peso que representan para los pacientes y prefieren la seguridad de un pago garantizado.
Cuentas en cobros: incorporando deudas antiguas a un DMP
Las cuentas en cobros por deudas no aseguradas suelen ser elegibles para un DMP. Al integrarlas, la agencia de consejería puede negociar pagos estructurados que reducen la presión de los cobradores y facilitan el cumplimiento.
Las cuentas de tarjetas de crédito vendidas a terceros se incluyen con frecuencia en un DMP. Las agencias suelen aceptar pagos mensuales fijos a través de un plan en lugar de arriesgarse a no recuperar nada si la deuda no se paga.
Las deudas médicas en cobros también son comunes. Dado que estos saldos suelen surgir inesperadamente, las agencias de cobros médicos suelen estar dispuestas a aceptar acuerdos de pago estructurados a través de un consejero sin fines de lucro.
Las facturas de servicios públicos y servicios que han sido enviadas a cobros, como cuentas antiguas de electricidad, agua, cable o internet, generalmente pueden incluirse en un DMP.
Las deudas minoristas y de servicios vencidas y asignadas a cobradores también pueden calificar. Estos saldos suelen ser más fáciles de resolver mediante condiciones de pago negociadas una vez que forman parte de un plan estructurado.
El principal beneficio de incluir deudas en cobros en un DMP es que los cobradores, en la mayoría de los casos, detienen o reducen sus gestiones de cobro una vez que los pagos están en marcha. Aunque no siempre ocurre de inmediato, con el tiempo los pagos constantes ayudan a disminuir llamadas y cartas de cobranza.
Préstamos de día de pago y adelantos en efectivo: difíciles, pero posibles
Los préstamos de día de pago y otros productos de financiamiento a corto plazo con intereses muy altos a veces pueden incluirse en un plan de manejo de deudas (DMP, por sus siglas en inglés), aunque la cooperación de estos prestamistas suele ser menos predecible que la de los acreedores tradicionales.
Algunos prestamistas de día de pago han creado acuerdos con agencias de consejería de crédito sin fines de lucro, mientras que otros exigen que los pagos se realicen directamente fuera del programa.
Las compañías de adelantos en efectivo o cambio de cheques pueden aceptar participar, especialmente si los saldos son elevados o si el prestatario demuestra dificultades económicas.
Con los prestamistas en línea, los resultados suelen ser mixtos: ciertas plataformas negocian dentro de un DMP, mientras que otras mantienen políticas de cobranza estrictas.
Los préstamos sobre el título de un vehículo son aún más complejos. Si una parte de la deuda no está asegurada, podría calificarse para el programa; sin embargo, la porción respaldada por el título debe tratarse de manera separada para evitar el riesgo de reposición.
Incluir préstamos de día de pago o adelantos en efectivo en un DMP puede ser complicado, pero cuando los acreedores cooperan, los ahorros pueden ser significativos debido a las comisiones elevadas y tasas anuales (APR, por sus siglas en inglés) de tres dígitos que estos productos suelen tener, según la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB, por sus siglas en inglés).
Deudas que generalmente no se incluyen: obligaciones aseguradas y prioritarias
Deudas aseguradas: la garantía lo cambia todo
Los DMP están pensados para créditos no asegurados, por lo que las deudas con garantía suelen quedar fuera. Cuando un préstamo está respaldado por un activo, el acreedor tiene menos incentivos para negociar dentro de un programa.
En las hipotecas, por ejemplo, como la casa garantiza el préstamo, el riesgo real es la ejecución hipotecaria. Esto se maneja con herramientas propias del prestamista, como modificaciones de préstamo, indulgencias o refinanciamiento.
En los financiamientos de autos los pagos atrasados pueden llevar a la reposición, por lo que los prestamistas prefieren negociar directamente con el cliente.
En los préstamos respaldados por cuentas de ahorro o certificados tampoco entran en un DMP, ya que el banco puede cubrirse con los fondos comprometidos. Los préstamos sobre el valor acumulado de la vivienda o líneas de crédito hipotecarias son otro ejemplo, ya que al estar asegurados con bienes raíces, exponen al cliente a riesgo de ejecución hipotecaria.
En resumen, cuando existe garantía, el acreedor tiene formas de recuperar lo prestado sin ofrecer las reducciones de intereses o cargos que hacen funcional a un DMP.
Préstamos estudiantiles: elegibilidad limitada
Los préstamos estudiantiles federales no se incluyen en planes de manejo de deudas. En lugar de eso, los prestatarios deben acudir a las opciones del Departamento de Educación como planes de pago basados en ingresos, aplazamientos o condonaciones (cuando aplican). Para información actualizada, se recomienda visitar Studentaid.gov.
En cuanto a los préstamos privados, algunos prestamistas no participan en los DMP, aunque las políticas varían. La inclusión es poco común y debe evaluarse caso por caso con un consejero de crédito.
Algo importante a tener en cuenta es no convertir un préstamo federal en privado solo para hacerlo “elegible” para un DMP. Al refinanciar se pierden protecciones federales permanentes, como la condonación por servicio público (PSLF, por sus siglas en inglés) o planes IDR.
Deudas con el gobierno y obligaciones fiscales
Los saldos con el IRS o las agencias tributarias estatales no se resuelven dentro de un DMP. Estas deudas se manejan mediante acuerdos de pago propios de cada agencia.
Las deudas con el IRS se abordan mediante las herramientas propias del Servicio: acuerdos de pago a plazos, ofertas de compromiso y la condición de “actualmente no cobrable”, con la posibilidad de exención de sanciones en algunos casos. Estas opciones conllevan normas, formularios y facultades de ejecución (embargos, gravámenes) que quedan fuera del ámbito de la consejería de crédito y requieren conocimientos especializados en procedimientos fiscales.
Las obligaciones fiscales estatales siguen un patrón similar. Los departamentos de ingresos estatales gestionan sus propios planes de pago y programas de ayuda para casos de dificultad económica, y controlan la ejecución, por lo que las negociaciones se llevan a cabo directamente con la agencia y no a través de un DMP.
Los impuestos sobre la propiedad se gestionan a nivel local. Los condados y municipios utilizan plazos de recaudación distintos y pueden imponer embargos o iniciar procesos de venta por falta de pago de impuestos, por lo que la resolución debe pasar por la autoridad fiscal local.
En resumen: las deudas con el gobierno siguen estando separadas de un DMP porque ya existen programas específicos para ellas. Un consejero de crédito certificado puede ayudarle a clasificar las prioridades y a elaborar un presupuesto para los pagos, pero la resolución de los impuestos en sí debe acordarse con el IRS o con la oficina tributaria estatal o local (y, cuando sea necesario, con un profesional fiscal calificado).
Deudas legales y ordenadas por la corte
Los compromisos impuestos por un juez tampoco entran en un plan de manejo de deudas, ya que un DMP no puede modificar órdenes judiciales.
La manutención infantil y la pensión alimenticia deben cumplirse tal como lo dicta la corte; cualquier cambio debe tramitarse ante el tribunal de familia, y estas obligaciones suelen tener prioridad sobre otras facturas.
Las multas judiciales y las indemnizaciones son similares: se derivan de sentencias penales o civiles y deben resolverse ante el tribunal o a través de un abogado, no mediante un plan de consejería de crédito.
Los honorarios legales estándar que se deben a una firma de abogados por sus servicios pueden tratarse como otras facturas no aseguradas y, en algunos casos, pueden incluirse. Sin embargo, los honorarios ordenados por el tribunal o vinculados a una sentencia suelen requerir un tratamiento legal independiente.
Si está haciendo malabarismos con estas deudas junto con otras, un consejero certificado puede ayudarte a organizar tu presupuesto para cubrir estos pagos. Pero cualquier modificación o alivio debe tramitarse a través del tribunal correspondiente o con un consejero legal calificado.
Gastos esenciales: obligaciones continuas
Un DMP está diseñado para cubrir deudas vencidas, no para sus gastos mensuales habituales.
Pagos como renta o hipoteca, servicios públicos, seguros, teléfono, transporte y cuidado infantil deben seguir cubriéndose directamente cada mes.
Si alguna de estas facturas ha vencido y se ha convertido en un saldo pendiente de pago (por ejemplo, un atraso en el pago de servicios públicos que se ha enviado a cobros), ese monto moroso puede ser revisado para su inclusión; los cargos mensuales actuales siguen quedando fuera del DMP y pertenecen al presupuesto familiar.
Un consejero de crédito tendrá en cuenta primero estos gastos esenciales (vivienda, servicios públicos, alimentación, transporte, seguros) para que el pago de su DMP sea asequible sin poner en peligro sus obligaciones básicas.
El objetivo es mantenerse al día con las facturas actuales mientras el programa se ocupa de las deudas pasadas.
Consideraciones críticas y limitaciones
La participación de los acreedores es voluntaria. Un plan de manejo de deudas no es una orden judicial como la bancarrota, por lo que cada acreedor tiene la libertad de decidir si coopera o no, y qué tipo de beneficios está dispuesto a ofrecer. El nivel de participación y las condiciones pueden variar bastante según la industria y la entidad financiera.
Los resultados dependen de su perfil. Las instituciones consideran diversos factores como su historial de pagos recientes, la antigüedad de la cuenta, el saldo y la tasa de interés (APR, por sus siglas en inglés), si ha comunicado situaciones de dificultad previamente y su presupuesto general. Cuando un DMP representa para el acreedor una mejor alternativa que enviar la cuenta a cobros o declararla incobrable, es más probable que acepte reducir tasas o eliminar ciertos cargos.
Prepárese para las excepciones. Es normal que uno o más acreedores rechacen participar o que ofrezcan condiciones menos favorables que otros. En esos casos, un consejero de crédito certificado trazará un plan alternativo: seguir pagando directamente a ese acreedor, solicitar un programa de dificultad financiera o considerar opciones como una liquidación o consejería legal, de manera que su estrategia global no se vea afectada.
Ajustar expectativas es clave. Dado que nada está garantizado, la medida real del éxito debe ser que el plan sea asequible y que sus saldos vayan disminuyendo de manera constante en todo el conjunto de deudas, no únicamente por la concesión de un acreedor en particular.
Implicaciones de cerrar cuentas
La mayoría de los acreedores exigen cerrar o suspender las cuentas de crédito que se incluyen en un plan de manejo de deudas (DMP, por sus siglas en inglés). Esto evita nuevos cargos y ayuda a que el programa funcione, pero también cambia la manera en que se refleja su historial crediticio durante el proceso de pago.
Cuando cierra cuentas, su crédito disponible disminuye. Eso puede aumentar su índice de utilización (saldo ÷ límite) y provocar una caída temporal en su puntaje. Con el tiempo, al reducir saldos y registrar pagos puntuales dentro del DMP, su puntaje suele estabilizarse e incluso mejorar. Las cuentas cerradas permanecen en su historial y mantienen su antigüedad, por lo que no pierde ese beneficio; simplemente ya no podrá hacer nuevas compras con ellas.
Dado que no tendrá crédito renovable como respaldo, es importante crear un fondo de emergencia y transferir los pagos automáticos o suscripciones que tenga en esas tarjetas cerradas hacia una cuenta de cheques o tarjeta de débito. Así evita rechazos de pago y cargos adicionales.
Durante el programa, evite abrir nuevas líneas de crédito. Solicitar tarjetas o préstamos mientras está en un DMP puede cancelar los beneficios negociados con sus acreedores y poner en riesgo su plan. Una vez que lo complete, un consejero podrá guiarlo en cómo reconstruir su crédito de forma responsable, por ejemplo, con una tarjeta asegurada o un préstamo para establecer historial.
Estrategia integral de inclusión de deudas
Los programas de manejo de deudas funcionan mejor cuando se inscriben todas las deudas no aseguradas que califican. Incluir todo le permite tener un solo pago consolidado, concesiones consistentes y una ruta clara hacia la liquidación.
Dejar cuentas afuera complica el proceso: seguirá recibiendo llamadas de cobro, tendrá múltiples fechas de pago y un mayor riesgo de desbalance en su presupuesto que puede hacer fracasar el plan. En cambio, al inscribir todas las deudas elegibles, su consejero puede distribuir los pagos de manera estratégica según las tasas de interés, los saldos y las condiciones de cada acreedor, logrando que más de su dinero se destine a reducir el capital cada mes.
La inclusión completa también envía un mensaje de trato equitativo a los acreedores. Cuando todos ven un compromiso disciplinado, la participación y los resultados de las negociaciones suelen mejorar frente a un plan fragmentado o selectivo.
En ocasiones hay razones válidas para dejar una cuenta fuera (por ejemplo, una disputa activa o un saldo que se liquidará en el próximo ciclo), pero esos son casos puntuales. En la mayoría de las situaciones, inscribir todas las deudas no aseguradas genera el pago más asequible y la ruta más rápida y confiable hacia la finalización del programa.
Circunstancias especiales y excepciones
Deudas de negocios con garantía personal
Algunas obligaciones comerciales pueden incluirse en un DMP si existe responsabilidad personal, como ocurre con préstamos firmados con garantía personal o tarjetas de negocio utilizadas para gastos personales.
Si se trata de un préstamo comercial no asegurado y el acreedor coopera, puede ser elegible. No obstante, su consejero evaluará el impacto en sus finanzas y en el flujo de caja de su negocio.
Las tarjetas de crédito empresariales usadas principalmente para gastos personales suelen aceptarse, pero será necesario documentar su uso.
En sociedades o LLC, la elegibilidad depende de los documentos legales y de si el socio o miembro es responsable personalmente, algo que debe analizarse caso por caso.
Deudas conjuntas o con cosignatarios
Las cuentas con más de un responsable requieren mayor coordinación, ya que afectan a ambas partes.
Cuentas con cosignatarios. Un DMP no elimina la responsabilidad del cofirmante. Pagos atrasados antes de la inscripción o incumplimientos durante el programa pueden aparecer en ambos historiales. Antes de incluir una deuda con cosignatario, habla con la otra persona para que entienda que la cuenta normalmente se cerrará, que los beneficios dependen del acreedor y que cualquier problema de pago afectará su crédito también. Algunos acreedores incluso piden confirmación escrita del cofirmante.
Cuentas conjuntas. En deudas compartidas (como entre esposos o parejas), lo ideal es que ambos estén de acuerdo. El cierre de cuentas, el ajuste de pagos automáticos y la organización del presupuesto familiar deben hacerse juntos. Si una de las partes no participa, el consejero puede sugerir alternativas para que el plan siga funcionando.
Proteger las relaciones y el crédito. Es importante establecer expectativas claras sobre los tiempos de pago, el cierre de cuentas y la manera de comunicarse con los acreedores. Designe un único punto de contacto —ya sea usted o su co-deudor— para atender llamadas, y asegúrese de confirmar a qué dirección llegarán los estados de cuenta. El objetivo es evitar imprevistos mientras el plan de manejo de deudas garantiza pagos puntuales y constantes que beneficien a ambas partes a largo plazo.
Deudas en procesos legales
Cuando una deuda ya está en proceso judicial, un plan de manejo de deudas no detendrá el procedimiento en la corte ni anulará lo que un juez ya haya dictado. Por eso, la coordinación y el momento en que actúe son factores clave
Antes de una sentencia. Si el acreedor aún no ha obtenido un fallo, todavía puede ser posible incluir la cuenta en un DMP, lo que en ocasiones permite llegar a condiciones más manejables. Todo depende del acreedor y de la etapa en que se encuentre el caso; algunos continuarán con la demanda hasta confirmar que los pagos se realizan de manera constante.
Después de una sentencia. Un DMP puede ayudarlo a organizar su presupuesto para cumplir con pagos ordenados por la corte, pero no anula la sentencia ni detiene medidas de ejecución como embargos de salario, retenciones de cuentas o gravámenes, una vez que ya están en marcha. Cualquier modificación a esas órdenes debe manejarse directamente ante el tribunal o con el abogado de la parte contraria.
Si se considera un acuerdo. Puede combinar un acuerdo negociado con un DMP para el resto de sus deudas, pero es fundamental organizar la estrategia con cuidado para que un plan no afecte al otro. Se coordinan los montos, el calendario y la documentación con su abogado y su consejero de crédito.
En resumen: un DMP ayuda a estructurar pagos, pero no sustituye una solución legal. Si enfrenta demandas activas o ya existe una sentencia, busque la consejería de un abogado con licencia mientras su consejero organiza el resto de sus deudas de acuerdo con los requisitos judiciales.
Cómo determinamos la elegibilidad de sus deudas
Un consejero de crédito certificado analiza su panorama financiero completo para determinar qué deudas pueden incluirse en un plan de manejo de deudas y cuáles conviene manejar de otra manera.
El proceso comienza con un presupuesto detallado: vivienda, servicios básicos, alimentos, transporte, seguros y otros gastos esenciales se separan primero para garantizar que cualquier plan sea viable a largo plazo. Después, se hace un inventario de cada cuenta (tipo de deuda, saldo, tasa de interés, estado actual, nivel de morosidad y si está respaldada o no por una garantía) y se confirma cuáles son elegibles para integrarse al plan.
Luego se revisan las políticas de los acreedores. No todos ofrecen las mismas concesiones, por lo que su consejero analiza la participación habitual de cada uno y calcula cómo se vería su pago mensual dentro del DMP bajo reducciones de tasas o eliminación de ciertos cargos. Si una cuenta no es apta para participar –ya sea por restricciones legales o contractuales– se plantean alternativas como planes de dificultad, estrategias de liquidación o referencias a recursos legales y tributarios.
Finalmente, recibe recomendaciones claras: qué deudas incluir, cuáles seguir pagando de manera directa, cómo se proyecta su pago mensual y la duración estimada del programa, además de los posibles sacrificios (cierre de cuentas, impacto en el reporte de crédito y requisitos del plan). El objetivo es ofrecerte un plan accesible desde el primer día y realista de cumplir, sin generar expectativas poco alcanzables.
Estrategia personalizada de DMP
Cada persona tiene una situación distinta, por lo que el plan se diseña a medida. Se priorizan las deudas donde las concesiones logran mayor impacto y se trazan estrategias alternativas para las que no califican.
Antes de inscribirse, su consejero se prepara acreedor por acreedor, analizando historiales de participación, sus saldos, tasas y notas de dificultad previas. También se planifica el orden de inscripción, el traslado de pagos automáticos y cómo evitar interrupciones en los primeros ciclos de facturación.
Para deudas que no entran al DMP, se integran soluciones externas: acuerdos de dificultad, liquidaciones con plazo o referencias a profesionales en impuestos o derecho. Todo se documenta con claridad para que sepa qué esperar en términos de cierres de cuentas, impacto crediticio y metas de ahorro de emergencia.
Sus próximos pasos: una revisión profesional de deudas
Si está evaluando si un DMP es lo adecuado para usted, el paso más útil es una revisión confidencial con un consejero de crédito certificado. Allí analizará su presupuesto completo y cada cuenta para decidir qué deudas calificarían y cuáles requieren otro manejo.
Qué obtendrá en esa revisión:
- Una lista clara de las deudas no aseguradas elegibles para un DMP.
- Un estimado de pago mensual y tiempo de pago con base en concesiones probables.
- Identificación de deudas que no entran (estudiantiles federales, impuestos, préstamos asegurados) con sus respectivas opciones.
- Una guía práctica sobre los compromisos del plan (cierres de cuentas, comportamiento en el historial de crédito) y cómo crear un fondo de emergencia para sostenerlo.
¿Listo para respuestas adaptadas a su situación? Llame al (855) 976-5818 o complete la evaluación en línea segura para programar una consulta sin compromiso con un consejero certificado.